La sobriedad de espacios exclusivamente decorados con grises es una tendencia prácticamente olvidada, porque desde el diseño de objetos, hasta el de interiores, las firmas de arquitectura en Bogotá apuestan por el color, sobre todo por esa fabulosa mezcla de azul cobalto y rosa, dos tonos que confieren fuerza a un ritmo prácticamente imparable. Esta fusión entre lo gélido y lo cálido, lejos de desentonar, es sin lugar a dudas, el concepto que se maneja actualmente como símbolo de modernidad.

Nacido del cobalto, un tono de azul que no deja a nadie indiferente, el ultramar ha sido durante siglos uno de los colores más difíciles de lograr, como resultado de los procesos que lleva su preparación; desde que se obtuvo su composición química básica, en la Persia del siglo XVII antes de Cristo, este azul tan llamativo se ha visto en porcelanas de muchas culturas, sobre todo en la China, pero también en la cerámica oriental, así como en las puertas y ventanas icónicas de la arquitectura griega.

Y es que el azul produce un efecto impactante en el ser humano, de calma y tempestad a la vez. Al ser un elemento que, de utilizarse en exageradas proporciones, resulta agobiante, como expertos en remodelaciones Bogotá optamos por combinarlo con un tono rosa pálido, logrando un contraste maravilloso entre la fuerza y la delicadeza, entre la feminidad y la entereza masculina. Este color suave, alusivo a las magnolias y los cerezos japoneses, ayuda a controlar la intensidad o, en cierto modo, la oscuridad de la paleta marina.

Se trata de una manera altamente efectiva de implementar el vanguardismo del concepto minimalista, que no parte de lo blanco y lo rígido, como suele creerse, sino que se cimenta en lo esencial. Así, es posible implementar diferentes texturas con estos tonos. Valdría, por ejemplo, dos sofás gemelos de azul ultramar en terciopelo, acompañados de un sillón estilo poltrona de color rosa viejo, sobre un piso de madera.

La intensidad de estos pigmentos no pasa desapercibida y llegar a ellos ha sido un auténtico logro para el arte, pero también para la arquitectura y el diseño de interiores. La invitación, sin embargo, es a emplearlos de manera balanceada, partiendo del racionalismo arquitectónico; es decir, en una proporción 70-30, ya sea que elijan el azul o el rosa como protagonistas. Como materiales complementarios, es posible elegir metales dorados, mármol y lámparas de diseño industrial.

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