Las empresas de arquitectura Bogotá se han renovado en este nuevo año, logrando que los espacios abiertos de trabajo y el concepto de coworking cobren mayor fuerza, pero con un toque vanguardista.

Esta tendencia promueve ambientes más dinámicos, donde es posible la libre interacción y donde los equipos se ven integrados, haciendo que empresas multidisciplinares encuentren la tan ansiedad cohesión que fomenta la productividad, la comunicación y el establecimiento de relaciones sociales firmes, orientadas a alcanzar los objetivos corporativos, pero también a perdurar en el tiempo.

El mundo de la arquitectura ha percibido una notable evolución sostenida y radical en la concepción de espacios laborales. En la década de los 80’s quedaron las interminables filas de cubículos cerrados, así como los despachos separados, que hacían notar la jerarquía y dejaban por debajo de los estándares estéticos al profesionalismo de los empleados, relegándolos a las masas. En la actualidad, los ambientes de trabajo procuran generar dinamismo, actitud positiva y carácter, ofreciendo posibilidades de encuentro e interacción, donde todas las ideas son válidas y cada profesional tiene un espacio para alzar su voz.

Esta tendencia surgió del desarrollo tecnológico en gran medida, y el avance de la computación, rompiendo las barreras, echando por tierra los prejuicios y haciendo del coworking lo de hoy. Las oficinas de arquitectura Bogotá tienen claro que sus inicios se remontan a los primeros años de la década de 1990, en la ciudad de Berlín, donde un grupo de programadores creó un espacio de trabajo específico, el cual era propicio para la colaboración y el más eficiente desempeño de equipo.

Muchos arquitectos en Colombia y el mundo han puesto muy en boga diseños por los que vale la pena apostar. En Viena y Nueva York se fundó el primer espacio de coworking, cuya idea nació como un antídoto contra el carácter antisocial de las oficinas del siglo pasado, en las que los empleados se encerraban y pasaban largas horas frente a las pantallas de sus ordenadores, sin hablar con sus compañeros o conocerlos mejor.

Asimismo, otros artistas y arrojados arquitectos Bogotá han creído en la fusión de varios estilos, creando ambientes con mesas de hasta ocho puestos de trabajo, donde es oportuno el acceso a internet, los almuerzos son compartidos, hay posibilidad de conversar en un tono relajado y, en general, los empleados pueden sentirse más desinhibidos.

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